Pues por fin ya ha pasado la Navidad, cenas, comidas, comidas, cenas y viceversa. Se acabaron los días de hacer regalos, de los vermuts con los amigos, los buenos deseos, etc. Recordad por favor que este tipo de cosas, sólo se pueden hacer en Navidad.
¡Ah! Se me olvidaba, hemos empezado el año y los nuevos propósitos ¿verdad?. Vaya, lo siento, se me ha activado el botón del modo irónico.
No lo vamos a negar, es todo un lujo, aunque sea en determinadas fechas, juntarse con ciertas personas. ¿Cuántos regalos, que hemos abierto estos días atrás, cambiaríamos por esos vinos, esas cervezas, esos reencuentros, esos abrazos? Lo bonito de ese «cómo te va la vida, qué tal el trabajo, la familia», a 20 centímetros de distancia, haciendo recuento de lo bueno y malo del año, sin filtros, sin me gustas, sin hashtags, cara a cara.
Bienvenidos al 2015, otro año más en esta era de redes sociales, donde pese a tanta exposición de amores y desamores, de selfies de intercambio, de modas, cuerpos “perfectos” prefabricados, de prisas, atascos, comida envasada, conversaciones en tono elevado… siguen ganando las pelis de amor con final feliz, las fotos en papel en la mesilla, la camiseta ancha de ir por casa, los cuerpos sanos felices de ser como son, los largos paseos por el parque con tu perro, el puchero de nuestra madre, el sonido del mar.
Qué manía de criticar vidas ajenas, de exponer tu vida 24 horas, de querer mostrar una vida de diez. Señores, señoras… más vivir y menos fingir, más ser y menos tener, menos minutos en enseñar lo de uno y más horas en disfrutar con los demás.
Hace unos días me quedé absorta con la entrevista de Jesús Calleja a Dani Rovira, ¡joder querido Dani Rovira!, me quito el sombrero con frases como:
“Hay que saber enamorarse de muchas cosas, de los amigos, de la familia, de la profesión, de uno mismo “
“La vida me sonríe pero siempre estoy esperando que me suelte carcajadas”
“Lo mejor está por venir, pensar eso es una manera de afrontar la vida con más ilusión”
“La felicidad es como un listón que se pone cada uno”
“Las tres expresiones que más me gusta decir son: te quiero, lo siento y gracias”
Y es que la vida es eso, aprender, caer, levantarse y aprender de la caída. Cómo me gusta esa gente, esa gente que te escucha, que te mira a los ojos, esa gente que tiene días malos y días buenos, que llora y después ríe con más ganas, que disfruta de lo más sencillo, se equivoca y sabe pedir perdón, sonríe dando las gracias y vuelve a decir te quiero con ganas y voz temblorosa aunque le han roto el corazón en alguna ocasión.
Ahora que empieza el año deberíamos plantearnos el propósito de darle un te quiero, un lo siento o un gracias a una persona cada día, cada semana, cada mes… !qué menos¡.
Así que inicio mi propósito:
Te quiero…por creer siempre, siempre en mí y ser la colchoneta que me da impulso para saltar y a ti, si a ti…, lo siento. Siento si no he dado la talla en algún momento. (Siento no etiquetar a ambas personas, pero a veces con pocas palabras bastan).
Gracias a María, tu historia, tu libro, tu experiencia, tus ganas, tu transparencia hacen que yo y muchas personas te sigan como una referencia de esfuerzo y superación tras afrontar un problema.
Y no es por dar consejos ni lecciones, cada uno que se saque el diploma en su vida, pero creedme, lo que se llevó, se lleva y se seguirá llevando, son las personas, aquellas personas que te enseñan de la vida más que los libros, quizás sea un buen título para actualizar vuestro estado.